Tristan e Iseo by Anónimo

Tristan e Iseo by Anónimo

autor:Anónimo [Anonimo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Spanish, novela histórica
publicado: 2008-08-24T09:06:35+00:00


Pasaron la noche en una colina. Tristán se sentía tan seguro como si estuviera en un castillo rodeado de gruesas murallas y grandes fosos. El temor había agotado a la reina. Al caer el día sintió sueño y se durmió recostada sobre su amigo.

Mucho tiempo vivirían en el bosque salvaje. ¡Largo sería su destierro!

11. El bosque de Morois

P

oco aprovechó el enano felón su traición! ¡Mal paga el enemigo a los que le sirven! ¡Señores!, ¡ved lo que poco tiempo después le ocurrió por mal servidor! Era el único en conocer el secreto del rey: por imprudencia lo reveló. Esta locura le costó la vida.

-Un día que había bebido se encontró con los barones, que preguntaron por qué el rey tenía un trato tan familiar con él y qué maquinaban juntos.-El rey me estima porque siempre he sido fiel guardando su secreto -les respondió alocadamente.

-¿Qué secreto? -dijeron los felones.

-Ya sé que queréis conocerlo, pero no puedo traicionar mi promesa.

Tanto insistieron que al final el enano les dijo:

-Iremos al Vado Aventurero donde hay un espino blanco cuyas raíces llegan hasta un hoyo. Meteré la cabeza en el agujero y desde fuera podréis oír lo que diga. De este modo sabréis lo que el rey oculta sin que yo quebrante mi promesa.

Se dirigieron al lugar. El enano era bajito, pero tenía una gran cabezota: los felones tuvieron que ensanchar el agujero y empujarlo para que entrase hasta los hombros. Desde allí habló:

-¡Escuchad!, señores marqueses. ¡Escucha, espino blanco, a ti me dirijo que no a los barones! Marcos tiene orejas de caballo.

No pasó mucho tiempo sin que una tarde, después de la cena, mientras Marcos conversaba con sus barones, se llegasen los cuatro felones hasta el rey. Seguro desde que Tristán vivía lejos de él, Andret se adelantó y le dijo:

-Señor, conocemos lo que ocultáis. Marcos hizo un gesto de furor:

-Si lo sabéis, la culpa es de este adivino fullero y mentiroso -dijo señalando al enano que, para su desgracia, se hallaba en la sala. Se levantó, desenvainó su espada y de un tajo lo decapitó.

Así acabó sus días el astrólogo traidor. Mucho se alegraron todos los que lo odiaban por culpa del daño que había hecho a Tristán e Iseo.

Entre tanto Tristán, Iseo y Governal se adentraron en el bosque salvaje. Durante un tiempo llevaron una vida errante, durmiendo en el suelo, cambiando cada noche de refugio. Tristán era un excelente arquero. Su habilidad le habría bastado para asegurarse su sustento, pero no tenía ni arco ni flechas. Governal robó uno a un floresterol con dos flechas bien emplumadas y arpadas. Todos los días salía Tristán de caza. Se ponía al acecho, veía un corzo, empulgaba el arco y disparaba: el animal, herido en el flanco derecho, grita, salta y vuelve a caer. Al anochecer regresa con buena provisión de ciervos, corzos y gamos. Carecían de pan y de sal, pero Tristán lo conseguía trocando una parte de su caza por unos panes de cebada y unos puñados de sal morena a unos pastores que guardaban sus ovejas en las lindes del bosque.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.